miércoles, 14 de enero de 2009

LIQUIDANDO ::::::: LIQUIDANDOME



Estoy liquidando sensualidad pasajera, apegos circunstanciales, sobajeos ardorosos y descolocados…

Luces sobre el espejo reflejan su cara sudorosa y agitada…
Se que el esta aquí por lo mismo…por lo mismo que los demás…

Un poco de distensión, recrearse con el estado de mi cabellera en frenesí, advertirme envuelta por un torbellino, apreciar como se destroza el aire, conducir mis manos como dos tenazas, que cubren su cuerpo, como si fuera solo el único…

No debo mentir…admitiré, mis amparos son tibios, mis besos bulliciosos, y mi boca, impetuosa como mi sexo incortejable…

Calidamente trato de omitirle a mi espíritu decente, estos padecimientos de mujer ardiente, no me consiento percibir siquiera, un murmullo penitente de mi alma cansada...

Perdida, insana y manipuladora, impávida, con tan poca ternura, me corrompo, entre el pantalón y la camisa de un débil amante…

Vuelvo a ser la criminal…

Hueles mi fragancia, te concentras en la exquisitez de mi naturaleza, miras mis pechos danzantes, pretendes penetrar mi pleno vació, sin antes conocer su núcleo tan buen amante…

Desierta, como la hembra desleal, me muerdo los labios, me desgarro la piel, y luego aun más vacante me tiendo sobre un cuerpo extraño…

Espero por aquel, que en algún lugar de este infinito esta en mi búsqueda…

Trato de convencerme…

Se que en sus brazos y con sus sentidos conocidos, transformare mis espacios en casi perfectos, caeré rodeada por su tibieza incontrolable…
Una noche quizás parecida a esta, lo abrazare y intuiré que siempre fue el…

Ese día lo Admitiré…

Jamás gozó mi egoísmo maquinal, en la vida existió esa mujer insensible y tan carnal, fue el miedo al fracaso y ese sufrimiento marcado, los que convirtieron a la dama prohibida, en la candelilla que impulsa sus piernas por calidas auroras y fieros días, que se disemina entre flirteos evidentes, y ondulaciones innecesarias, que se torna apetitosa y incansable, y que hasta ahora revolotea atrapada dentro de ese cuerpo que la abandono una madrugada… no por ser una candelilla impetuosa, si no porque lo encontró aquella que tanto lo buscaba…

Me resigno…

Hay un tiempo que avanza, se que en algún instante seré toda tuya, justo en un mesón, exacta sobre el sofá, arriba de mi cama o de la tuya…
Me sumergiré entre tus piernas y hambrienta de amor, devorare tu condición, sin que te des cuenta…


Estoy liquidándome, soy pasajera dentro de la sensualidad, circunstancialmente preciso apego, ardorosos sobajeos que me descoloquen…

Luces sobre el espejo reflejan mi cara sudorosa y agitada…
Se que estoy aquí por lo mismo…por lo mismo que retrocediste tu…